El
Coaching proporciona herramientas para mejorar el entendimiento de nuestro mundo interior.
Entre estas herramientas están las distinciones, que no son sino la comparación
entre conceptos que parecen próximos, señalando las diferencias entre una
posición que provoca disfunciones, molestias, dudas, quiebres en la
terminología del Coaching, y otra más equilibrada.
Algunas
de estas distinciones ya las he tratado antes (culpa – responsabilidad,
ocuparse – preocuparse). Un buen libro para ver más distinciones es “No es lo
mismo” escrito por Silvia Guarneri y Miriam Ortiz de Zárate.
También
he hablado antes de la importancia de vivir en el presente, de sentir el
momento actual, lo que se tiene. De dedicar toda la atención a lo que ahora
pasa y dónde estamos ahora.
En muchas ocasiones les digo a las
personas a las que acompaño en su crecimiento que el tiempo se escapa si no se
emplea.
El tiempo es una línea continua que
va desde el pasado hacia el futuro, pero nosotros solamente utilizamos un punto
concreto, el ahora.
Por eso ahora voy a detenerme en una
distinción sobre el momento presente, sobre vivir en el presente o vivir
para el presente.
La distinción está incluida (aunque
no con el título de distinción) en el Libro Emociones, Una Guía Interna”; y
allí su autor, "Leslie Greenberg" distingue entre vivir en el
presente como una forma de aprovechar cada momento disfrutándolo de vivir para
el presente, de modo que no dedicamos ni un segundo en prever lo que pueda
venir.
Vivir en el presente es ser
consciente de estado de nuestros sentimientos, del momento. Por lo que sé se
encuentra cerca la idea del concepto de Mindfullness. En este estado de sentir
el presente y de estar en el presente, podemos ocuparnos también del futuro, de
las consecuencias futuras de nuestras acciones, planificando, previendo y ocupándonos
de nuestro futuro.
Vivir para el presente es estar
solamente centrados en lo que podemos hacer, sentir, coger, amar, sufrir, sin
ocuparse del futuro ni de las consecuencias que lo que hacemos ahora puedan
tener. Vivir para el presente es arriesgarse en cada momento.
Las emociones, que son universales
según Greenberg, nos permiten conectar el pasado con el futuro a través del
presente. Permite sentir y recordar lo aprendido, permite prever cómo nos
sentiremos en momentos del futuro, por ejemplo cuando hayamos conseguido
nuestros objetivos, o estemos en los lugares que queremos visitar, o conozcamos
a esa persona que queremos conocer; son “ensayos”.
De nuevo centrarse en un momento
temporal único, sin atender a los demás, puede traer problemas. Si nos quedamos
anclados en el pasado, en las emociones ya sentidas, nublaremos el presente con
los recuerdos positivos, y perderemos ocasiones de aprender por las emociones
negativas del pasado que nos cerrarán puertas en el futuro.
Si lo que hacemos es confundir el
ensayo de la emoción, de la situación, con lo que VA a pasar, tal vez nos preocupemos por situaciones que no solamente no han pasado, sino que no
van a pasar, y coloquemos en la cabeza de otros las emociones que solamente
están en la nuestra, generando incomodidad, frustración o equívocos.
Greenberg propone integrar la emoción y la razón en su libro, siendo ambas imprescindibles para el ser humano. Y propone aceptar las emociones negativas como parte de nosotros, pues son parte del aprendizaje de nuestra vida.
Las emociones básicas son seis:
alegría, sorpresa, enfado, miedo, asco y tristeza. Podemos decidir en qué
emoción estar instalados con asiduidad, aunque todas surgirán con fuerza cuando
menos lo esperemos. No creo que sea bueno intentar “controlarlas”, limitarlas.
Surgirán y es bueno aceptar su existencia. Importa la forma en que las
tratemos, e importa el tiempo en el que decidamos quedarnos instalados en esa
emoción.
Tú ¿Cómo has decidido sentirte hoy?
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