Hace
poco, a través de una publicación en Facebook de una amiga, he descubierto un
interesante artículo en una página llamada “The Fast Company” (www.fastcompany.com) (Muchas gracias
Danielle).
Trata
sobre ocho errores subconscientes de la mente. Errores como la tendencia a
rodearnos de personas e informaciones que coinciden con nuestras creencias, de
modo que muy poco de lo que percibimos contradice lo que creemos. Se correspondería
con ese dicho español de “solo oyes lo que quieres”. Se llama sesgo de
confirmación.
Cuenta
en ese artículo que una ilusión relacionada con este error es la “ilusión de
frecuencia” que hace que cuando nos sucede algo seamos más proclives a ver a
personas alrededor a las que les ha sucedido algo similar. Es típico en las
mujeres embarazadas (y sus maridos, doy fe), que de repente comienzan a ver a
muchas más mujeres embarazadas de las que parece racional encontrar.
Otros
errores que se comentan en el artículo son el de preocuparse por cosas que ya
hemos perdido o gastos que ya hemos hecho.
El
de considerar erróneamente las probabilidades de que suceda algo (es
particularmente intenso en los ludópatas).
La
racionalización de adquisiciones o compras que no queríamos hacer (en lugar de
devolverlo, que s3ría lo más lógico)
El
de creer más en los recuerdos que en los hechos, esto es, el confiar en
aquellas cosas que recordamos con más viveza frente, al hecho de que no sea
cierto. Este error se produce porque la mente y la vista nos engañan, por
ejemplo, en la última línea del párrafo anterior es posible que hayas leído la
palabra “sería”, cuando en realidad pone “s3ría”. Probablemente no has reparado
en el número (o sí).
Otro
error es pensar que no hacemos caso a los estereotipos, pero continuamente damos
por ciertas características de personas basadas en meros estereotipos. Una
forma excelente de contarlo la encontraréis en la siguiente charla de la novelista
Chimamanda Adichie en TED
Otro
error en el que caemos frecuentemente es el de interpretar situaciones o hechos
basados en una ilusión, ya sea óptica o mental. Eso nos lleva a tomar decisiones,
creyendo que somos nosotros los que llevamos el mando, cuando en realidad la
decisión está guiada por algún aspecto exterior. Está mucho mejor explicado en
el siguiente vídeo:
http://www.ted.com/talks/dan_ariely_asks_are_we_in_control_of_our_own_decisions.HTML
El
último error de la lista del artículo (aunque numerado como 2) es lo que llama
el autor la ilusión del cuerpo del nadador.
Este
es un error complejo, que describe como la creencia en que los nadadores profesionales
tienen un cuerpo perfecto debido a que entrenan mucho, mientras que realmente
los nadadores que llegan a ese nivel lo hacen precisamente porque tienen ese
cuerpo.
Es
una cuestión compleja, relacionada con la psicología positiva, con la creencia
en que el ser humano puede superar los problemas y de qué manera, y con la
forma en que esas creencias de capacidad de crecimiento y de consecución de
equilibrio interno han sido pervertidas para hacer creer que todo el mundo
puede lograrlo todo siempre y en cualquier momento, y que si no consigue sus
más absolutos sueños es porque no pone todo el interés en conseguirlo (y
entonces es un fracasado).
Son
dos ideas contrapuestas, por un lado la creencia de que todo se puede conseguir
con esfuerzo y con suficiente “deseo”. Por otro la realidad del mundo, en el
que no todos consiguen alcanzar sus sueños. Nada es absoluto, depende de dónde
hayas nacido, de cómo hayas crecido y que hayas aprendido. También depende de
si quieres cambiar, y de si eres capaz de crecer y variar tu camino, de si
quieres ser capaz de hacerlo.
El
equilibrio entre las dos ideas es la base de mi forma de entender la vida y mi
trabajo como psicólogo. Y será objeto de la próxima entrada, la semana que
viene.
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