martes, 29 de enero de 2013

El control por las palabras y las emociones



Se pueden encontrar muchos libros que tratan sobre psicología positiva y sobre la “Ley de la Atracción”. Por ejemplo está el libro “El Secreto”, o muchos otros relacionados con éste. En la mayoría de ellos transmiten como uno de los mensajes principales que el cerebro no procesa bien la palabra “NO”, especialmente aquella parte del cerebro en el que anidan los sentimientos, las reacciones más rápidas frente a los estímulos exteriores (o el subconsciente si se quiere), que atiende más a las emociones que al sentido de las palabras.

Ciertamente, cuando recreamos de forma reiterada y machacona una emoción negativa, o pensamos en que algo malo nos va a pasar, de algún modo estamos atrayendo una situación negativa. Como con pensamientos del tipo “no quiero caerme, no puedo caerme, sería horrible si me cayera…” Al fin y al cabo, con pensamientos de este tipo lo que estamos haciendo es pensar en la caída, y ésta posiblemente sucederá. Y no importa si el pensamiento es en forma de palabras o de imágenes, si la emoción es suficientemente intensa, las posibilidades de caerse son muchas.

En el fondo tanto da si es un efecto del universo a través de la “Ley de la Atracción”, o simplemente es el resultado de evocar algo negativo de forma que sugestionamos al cerebro de forma inconsciente para que ese “algo” negativo nos ocurra.

Pero igual que la “Ley de la Atracción” en su sentido positivo no funciona de forma automática, (los gurús del tema te explicarán que debes mantener la concentración en el aspecto positivo de forma continuada y tenaz esperando a que el universo te dé la respuesta); tampoco creo que por desear que algo negativo no pase se esté llamando al desastre.

En mi forma de ver las cosas, somos nosotros los que actuamos, los que provocamos muchas de las cosas buenas y muchas de las cosas malas que nos ocurren. También el azar juega aquí, solo que una persona que esté esperando algo negativo, verá cumplida su profecía, siempre; mientras que quien espere algo positivo, si se produce un problema, entenderá que debe esperar algo más, o buscará el lado positivo del problema que llegó. Yo siempre encuentro el lado positivo.

La sugestión es una herramienta muy poderosa, que permite reconducir nuestro comportamiento y nuestro pensamiento. Constantemente estamos siendo bombardeados desde el exterior con mensajes que quieren cambiar nuestra manera de comportarnos (ver entrada de neuromarketing).

Nada impide que nos sugestionemos a nosotros mismos para conseguir crecer como personas, para acercarnos y lograr los objetivos marcados. Un método que enseña una forma de autocontrol mental es el método Silva, un método excelente que recomiendo, bien a través de los cursos que imparten, bien mediante los libros publicados sobre este método.

En este método, o en los libros sobre sugestión o hipnosis, se explica que las personas somos especialmente sugestionables en estado alfa y podemos sugestionarnos o autosugestionarnos en ese estado mediante órdenes claras dirigidas a nuestro interior.

El estado alfa es uno de los niveles de generación de ondas cerebrales en el que podemos encontrarnos, ondas que se plasman en un electroencefalograma.

En el estado de vigilia el nivel de producción de ondas es beta y los planos más profundos son denominados también con letras griegas (theta y delta), que varían según el número de ciclos por segundo o Hercios de cada nivel de ondas, siendo menor según entramos en los niveles más profundos. En el estado o nivel theta nos encontraremos en sueño profundo, mientras que el sueño REM (Movimiento Rápido de Ojos en sus siglas en inglés) tiene una  actividad de las neuronas del cerebro que se asemeja a la de cuando se está despierto.

En el estado alfa (es decir, cuando el cerebro se encuentra “emitiendo” ondas alfa) y en los inferiores, es recomendable darse mensajes positivos, evitando la palabra “no”, pero también cualquier otra palabra negativa o cualquier idea negativa. Este estado, cercano al sueño, pero alcanzable de forma consciente, permite que encontremos mejores soluciones.

Se puede inducir de forma exterior, mediante sugestión profunda, o puede ser alcanzado de modo sencillo mediante diferentes técnicas (como el ya citado método Silva, cuyo nivel de trabajo es el “plano básico mental”, situado entre los niveles alfa y theta).

En cualquiera de los dos casos los que se busca es una relajación física con desconexión del exterior, normalmente con los ojos cerrados, de forma que el cerebro trabaje buscando la solución al problema o la vía de trabajo mejor para alcanzar la meta.

Volviendo a las palabras, creo que todos los mensajes que nos dirijamos a nosotros mismos deben ser positivos. Sin embargo eso no significa que debamos excluir la palabra “no” de nuestro repertorio, igual que la palabra “pero” de la que hablé tiempo atrás.

Las palabras son poderosas como lo son las emociones.
 
Podemos conseguir involucrar palabras y emociones en la solución de problemas mediante un sencillo método:

Escribid el problema o el reto con el que estéis luchando.  Escribid las emociones negativas que os vengan a la cabeza como asociadas a ese problema. Escribid al lado emociones positivas, escribid lo que podéis conseguir de positivo tras resolver el problema, mediante palabras y mensajes de éxito.

Una vez hecho en papel recordad ese mensaje positivo continuamente. Haciendo una relajación podemos transferir esas emociones y palabras positivas a nuestro interior.

Después recordando continuamente el objetivo, la meta, podéis recordar esa sensación positiva, especialmente al enfrentaros a las dificultades (las exteriores y las que nos creamos mediante excusas).

Imaginaos tal y como queréis ser, pensad que estáis caminando hacia ese objetivo, que lo estáis consiguiendo.

Implicad palabras y emociones positivas en vuestros sueños. Si esa evocación se produce de forma continua, y si se produce en un estado de relajación inducida, en el “estado” alfa, vuestra predisposición a encontrar soluciones y a lograr las metas será mayor.

lunes, 21 de enero de 2013

Avanzar contra el miedo



El miedo es la gran barrera para el crecimiento. 
puede tener miedo a muchas cosas. 
A fracasar, a la humillación, a que las cosas cambien, a perder. 
Hace falta salir de la cáscara, superar el miedo, decidir y avanzar. 
Para eso hace falta salir de la zona de comodidad;
abandonar la idea de dejarlo todo como está. 
Si quieres que algo mejore, 
si quieres que algo cambie en tu vida, 
tienes que hacer las cosas distintas. 
O todo seguirá igual.

martes, 15 de enero de 2013

Amigos, amores.


He estado haciendo una lista de las personas que he ido conociendo a lo largo de mi vida. Son muchas, y la mayoría han sido personas a las que he visto durante un corto periodo de tiempo, y con las que he congeniado bien, que me han aportado ideas y valores a mi vida, pero con las que luego apenas he continuado con la relación, casi siempre porque yo no la he mantenido.

En la lista he ido marcando a las personas que considero amigas mías.

Entonces me he parado a pensar…¿por qué creo que son amigos? ¿qué diferencia a conocidos de amigos?

El tiempo no, porque a algunas personas las he visto a diario durante años y nunca he llegado a tener amistad con ellas. Sin embargo a alguno de mis mejores amigos les veo muy de vez en cuando, y a algunos de ellos no les veo desde hace años, y sin embargo siguen siendo amigos, buenos amigos (o amigas).

Tampoco es relevante la cantidad de cosas que conozco de cada persona. De muchos no sé sus gustos musicales, ni si leen mucho o poco, qué lectura prefieren, su color favorito o la música que prefieren escuchar.

Entonces he decidido comparar lo que sé de mis amigos con lo que sé de Eva, mi chica.  De ella sé ciertamente muchas cosas, sé que le hace reír o llorar, que flores le gustan, cómo suena su risa, dónde tiene cosquillas, cómo está su pelo cuando se levanta y el sonido de su respiración cuando duerme tranquila.

Sé las cosas importantes. Pero sobre todo sé dos cosas, una cuáles son sus sentimientos hacia mí (llevamos 17 años juntos) y dos cuáles son mis sentimientos hacia ella.

Y si todo lo demás cambiara o perdiera su recuerdo, de estas dos últimas cosas seguiré estando seguro.

Así que, volviendo a mis amigos, lo que les hace especiales respecto al resto de personas que conozco, es que sé que siento hacia ellos. Conozco perfectamente mis sentimientos, y estoy bastante seguro de qué piensan y sienten ellos (y ellas) de mí. Al final, lo único importante son los sentimientos, los que se conocen y los que se creen conocer.

Lo cierto es que nos pasamos la vida intentando agradar a los demás; y uno de los mayores generadores de estrés es esa necesidad, el miedo a una mala opinión de otros.

Sin embargo esta presión podemos quitárnosla de encima. No es más que otra obligación auto impuesta.

Es importante centrar quién es la persona más importante para nosotros...

La persona más importante eres tú, para ti.

Sólo desde esta comprensión puedes valorar a los demás y puedes ofrecer lo que tú quieres.

La seguridad en uno mismo parte de la comprensión y de la aceptación de lo que somos,  de cómo y de quienes somos. Pasa por disculparme los errores que haya podido cometer y superar la sensación de humillación que los acompaña.

Y termina en la comprensión de cuál es el papel de los otros en nuestra vida.

Aquellas personas a las que queremos cuentan con nuestra comprensión y podemos hablar con ellos de cualquier conflicto,  en cualquier momento. Porque entendemos que su opinión importa,  y que puede cambiar lo que pensamos (cambiar de opinión es un  derecho irrenunciable).

Si los sentimientos cambian, todo lo demás pierde importancia. Por supuesto que tenemos derecho a cambiar, y a veces nos sentimos decepcionados por algo o por alguna cosa que ha hecho alguien y todo cambia. No veo ningún motivo que exija que se mantenga una relación que no se quiere mantener, que dejó de estar basada en sentimientos positivos y ha dado lugar al resentimiento, a la duda, al desprecio o, mucho peor, a la indiferencia.

Seguro que cuando una relación cambia, terceras personas se ven involucradas, pero eso no significa que tengamos que mantenerla para hacerles creer que todo sigue igual. La actitud, la forma de relacionarnos llamará la atención, y creará más dudas y más inquietud, especialmente en aquellas personas que aprecien a ambas partes.

Como todas las decisiones, acabar con una relación del tipo que sea es complicado. Y es una decisión propia, basada en las propias experiencias y pensamientos, y sólo en eso. Si hacemos o dejamos de hacer algo por no molestar o asustar a otras personas, tal vez descubramos que al final esas personas lo que querían es saber que pasaba en realidad, y si nos quieren, lo que desean es que estemos bien.

La solución a si se debe continuar una relación, la tiene en definitiva cada uno. Depende de las respuestas que demos a las preguntas ¿qué me mantiene aquí? ¿qué ha cambiado? ¿qué sigue igual? ¿qué ganaría?¿qué perdería?. Hazte estas preguntas debemos dirigirlas a ti. Las respuestas solamente las tienes tú.

lunes, 7 de enero de 2013

Optimismo y actitud

Es mejor ver la botella medio llena que medio vacía, y que incluso una botella casi vacía es una botella en la que aún queda un trago que beber.

martes, 1 de enero de 2013

Mensajes en internet

Suelo investigar en Internet, buscando información y nuevas formas de comunicación, para ayudarme a mejorar mi propia página WEB (www.gabinetesumar.com).

Internet es una fuente inagotable de información, y a veces parece que funciona con vida propia, ofreciendo mensajes "solo para nosotros".

Si has llegado hasta aquí, considera la posibilidad de que tu mente interior, tu subconsciente, te esté lanzando un mensaje para que inicies un proceso de cambio y así alcanzar esos sueños que hace tiempo persigues.

Un Coach puede ser de gran ayuda en ese cambio.

Si quieres más información, recuerda, info@gabinetesumar.com.

Buceando en Internet, he encontrado una página que contiene mensajes que a mí me parecen muy positivos e interesantes-

Se llama Mr Wonderful, y resulta muy interesante tanto la tienda como el blog (Muy Molón).

Son especialmente motivadores estos dos carteles: