martes, 28 de octubre de 2014

Caoching en familia

He quedado con una persona para hablar sobre Coaching.

En la primera sesión (en realidad es la sesión cero) suelo quedar en un bar tranquilo que conozco, donde podremos tomar un café mientras hablamos. Hoy hablaremos de su hijo, que es quien será el coachee en este proceso.

Coachee y cliente no son lo mismo en Coaching, hay diferencias, como en este caso.

Cliente es quien me contrata para un proceso de Coaching, y Coachee es la persona que, junto con el Coach, es parte del proceso. A veces quien contrata y quien sigue el proceso no son la misma persona. Sucede en empresas y sucede en el coaching con adolescentes

Además, en los procesos con adolescentes hay que atender al entorno familiar, puesto que el o la adolescente está dentro de un sistema al que pertenece y con el que se relaciona de forma íntima.

Así que, aunque todavía no es consciente, la cliente también será coachee en algún momento.

Su hijo tiene 16 años y, según su madre, tiene problemas con los estudios.

En esta sesión inicial hablaremos sobre qué es el coaching, qué pueden esperar del proceso, hablaremos de confidencialidad y de compromiso; hablaremos de tiempo, del lugar en el que se desarrollará el proceso y de dinero.

Necesitaré una sesión de calibración con el adolescente, porque su voluntad de participar es indispensable.

El coachee tiene sus inquietudes, deseos, necesidades, sentimientos y proyectos.

Su madre puede tener inquietudes, deseos, necesidades, sentimientos y proyectos similares, o muy distintos.

Pero las necesidades que importan en el proceso son las del coachee, y así se lo hago saber a su madre.

Observando su postura, veo que está inclinada hacia delante,  las manos debajo de la mesa, la cabeza apunta hacia abajo de forma que tiene que levantar la ojos para mirarme.

Imitando su postura siento la sensación de temor, de "dolor" en el estómago. Decido no mantener el espejo de su postura por demasiado tiempo. A cambio pregunto qué le preocupa, qué quiere del proceso.

La ansiedad que acompaña a su miedo hace que rebote. Ella no quiere nada, está aquí por su hijo. Necesita que ordene su vida…la de su hijo.

Pero, como ya he apuntado antes, las familias son sistemas,  grupos de personas conectadas. Si comparamos la familia con una empresa, los niños serian algo así como el producto final. Los empresarios quieren controlar ese producto, pero en este caso el "producto" decide por sí mismo.

Lo que los padres quieren no siempre coincide con lo que quieren los hijos. Decidimos desde nuestra experiencia, olvidando que los Jóvenes habrán de obtener su propia experiencia.

Es importante entonces que los miembros de este sistema sean capaces de comunicarse Y de expresar sus emociones de forma no violenta.

Una sesión, al menos, de Coaching familiar es importante. Permitirá enmarcar las sesiones con el adolescente. Como herramienta suelo proponer técnicas de comunicación no violenta para que cada uno aprenda a decir lo que piensa, qué le preocupa, qué necesita siempre desde su “yo”, expresando hechos y emociones, pero no juicios sobre lo que cree que los demás quieren o por qué los demás hacen lo que hacen.

Algunas veces los padres piden finalmente algunas sesiones personales, para comprender lo que sucede dentro de su familia y para alcanzar sus propias metas.

Sospecho que será así en esta ocasión.



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