He quedado con una persona para hablar
sobre Coaching.
En la primera sesión (en realidad es la sesión cero) suelo quedar en un bar tranquilo que conozco, donde podremos tomar un café mientras hablamos. Hoy hablaremos de su hijo, que es quien será el coachee en este proceso.
Coachee y cliente no son lo mismo en
Coaching, hay diferencias, como en este caso.
Cliente es quien me contrata para un
proceso de Coaching, y Coachee es la persona que, junto con el Coach, es parte
del proceso. A veces quien contrata y quien sigue el proceso no son la misma
persona. Sucede en empresas y sucede en el coaching con adolescentes
Además, en los procesos con
adolescentes hay que atender al entorno familiar, puesto que el o la
adolescente está dentro de un sistema al que pertenece y con el que se
relaciona de forma íntima.
Así que, aunque todavía no es
consciente, la cliente también será coachee en algún momento.
Su hijo tiene 16 años y, según su
madre, tiene problemas con los estudios.
En esta sesión inicial hablaremos sobre
qué es el coaching, qué pueden esperar del proceso, hablaremos de
confidencialidad y de compromiso; hablaremos de tiempo, del lugar en el que se desarrollará
el proceso y de dinero.
Necesitaré una sesión de calibración
con el adolescente, porque su voluntad de participar es indispensable.
El coachee tiene sus inquietudes,
deseos, necesidades, sentimientos y proyectos.
Su madre puede tener inquietudes,
deseos, necesidades, sentimientos y proyectos similares, o muy distintos.
Pero las necesidades que importan en el
proceso son las del coachee, y así se lo hago saber a su madre.
Observando su postura, veo que está
inclinada hacia delante, las manos debajo de la mesa, la cabeza apunta
hacia abajo de forma que tiene que levantar la ojos para mirarme.
Imitando su postura siento la sensación
de temor, de "dolor" en el estómago. Decido no mantener el espejo de
su postura por demasiado tiempo. A cambio pregunto qué le preocupa, qué quiere
del proceso.
La ansiedad que acompaña a su miedo
hace que rebote. Ella no quiere nada, está aquí por su hijo. Necesita que
ordene su vida…la de su hijo.
Pero, como ya he apuntado antes, las
familias son sistemas, grupos de personas conectadas. Si comparamos la
familia con una empresa, los niños serian algo así como el producto final. Los
empresarios quieren controlar ese producto, pero en este caso el
"producto" decide por sí mismo.
Lo que los padres quieren no siempre
coincide con lo que quieren los hijos. Decidimos desde nuestra experiencia,
olvidando que los Jóvenes habrán de obtener su propia experiencia.
Es importante entonces que los miembros
de este sistema sean capaces de comunicarse Y de expresar sus emociones de
forma no violenta.
Una sesión, al menos, de Coaching
familiar es importante. Permitirá enmarcar las sesiones con el adolescente.
Como herramienta suelo proponer técnicas de comunicación no violenta para que
cada uno aprenda a decir lo que piensa, qué le preocupa, qué necesita siempre
desde su “yo”, expresando hechos y emociones, pero no juicios sobre lo que cree
que los demás quieren o por qué los demás hacen lo que hacen.
Algunas veces los padres piden
finalmente algunas sesiones personales, para comprender lo que sucede dentro de
su familia y para alcanzar sus propias metas.
Sospecho que será así en esta ocasión.