lunes, 19 de mayo de 2014

¿Qué es el éxito?

No es coincidencia que la palabra inglesa “exit”, “salida”, se parezca tanto a la española "éxito". Ambas provienen de la latina “exitus” Que significaba originariamente salida.

En español éxito significa conseguir, lograr, tener reputación. En términos sociales quien tiene éxito es quien logra reputación y dinero, quien logra reconocimiento. Es el éxito social, aquél del que se habla en las tertulias y en los periódicos: “es una empresaria de éxito”, es decir, que obtiene beneficios económicos de su empresa.

Y como muchas otras cosas en nuestra sociedad se emplea en términos absolutos, con un contrario. Igual que gordos y flacos, guapos y feos, altos y bajos, como si la sociedad y la vida fueran solamente dos polos opuestos de cada cosa.

O tienes éxito o fracasas. Como si el camino no fuera importante, como si los errores no significaran oportunidades de aprender.

Cómo si el éxito económico fuera el único de los éxitos posibles.

Y en ese sentido de éxito, se define “excelencia” dentro de la calidad empresarial y de los servicios como hacerlo bien a la primera. Pero para llegar a ese punto de saber hacer es necesario haber recorrido los senderos del error, y saber qué se hizo mal, qué no se debe hacer.

Vencer las dificultades y conseguir ese premio que se te ha estado escapando, supone una dosis extra de satisfacción respecto a quien logra todo a la primera no conoce.

Sentir satisfacción con lo que se hace, sentir que cumple nuestros objetivos, que nos llena nuestra tarea. Que somos felices trabajando. Ver crecer nuestro proyecto personal. Aprender de los errores y de los fracasos. Eso también es éxito.

La medida del éxito es personal. Cada uno tenemos en realidad nuestra propia definición de “éxito”. Puede ser, por ejemplo, ser capaz de vivir tranquilo, de tener a nuestro alcance esos placeres cotidianos que nos niega la vida urbana, como leer, o escuchar música, o dar un paseo sin tiempo.

Cierto es que en la sociedad occidental, es necesario el dinero, como llave de esa tranquilidad. La pregunta entonces es “cuánto dinero”.

Robert y Eduard Skidelsky (padre e hijo respectivamente), han observado que para muchas personas nunca es suficiente cantidad de dinero. No importan las horas dedicadas al trabajo, o los días separados de la familia. Nunca es suficiente como para detenerse y disfrutar. “Y mientras trabajamos y compramos más, la vida se nos escapa.”

En 2012 escribieron el libro “Cuánto es suficiente”, en el que indagan en el concepto de “insaciabilidad”, o incapacidad de conformarse y parar. Se preguntan cuál es el propósito de NUESTRA vida, y qué lugar ocupa la posesión de dinero en ese propósito. Dinero que se convierte no solo en indicador de éxito social, sino en un fin en sí mismo.

Podemos preguntarnos entonces: ¿Qué es el éxito para mí?, o ¿Qué quiero conseguir en la vida? ¿Cómo sabré que lo he alcanzado? ¿Qué haré cuando llegue allí?


Y, en mi opinión, tan importante como saber qué queremos, es saber en qué no queremos convertirnos. 

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