Es
sencillo de realizar y te proporciona mucha información sobre ti mismo.
Comienza
por una relajación. En este blog encontrarás una guía de cómo hacer una
relajación. Pero voy a transcribirla después, junto con las instrucciones de
este ejercicio.
Durante
la relajación, entrarás en un lugar ideal de descanso y seguridad, un lugar que
sólo tú conoces. Entonces encontrarás una máquina del tiempo que te transportará
hacia el futuro, tres, cinco o diez años, como prefieras.
Una
vez en el futuro te verás en esa situación ideal que deseas alcanzar,
profesional y personalmente. Todo es exactamente como tú querías que fuera.
Podrás
preguntar a tu yo futuro cómo ha llegado hasta allí, que es lo último que ha
hecho, y desde el futuro volverás sobre tus pasos para comprobar qué has ido
haciendo, hasta llegar hasta el momento presente.
Entonces saldrás de tu lugar de descanso, de tu estado de relajación, y podrás apuntar todo lo que vas a hacer, pero sobre todo, el primer paso.
Vamos
a comenzar.
Toma
asiento. Mantén los pies apoyados paralelos, la espalda recta y si lo deseas
deja caer levemente la cabeza hacia delante o bien apóyala en el respaldo del
asiento si es lo suficientemente alto, no es necesario modificar su vestimenta,
se puede alcanzar un buen nivel de relajación con ropa normal.
Las siguientes instrucciones las puedes grabar o puedes colaborar con alguien para que te sirva de guía.
“Cierra los ojos
suavemente. No trates de pensar en nada, pero tampoco luches contra los
pensamientos que te vengan a la cabeza.
Inspira y expira
suavemente. Entre inspiración y expiración deja pasar unos segundos con el aire
dentro. No llenes los pulmones completamente, solo haz inspiraciones normales.
Después de tres o cuatro inspiraciones intenta visualizar el número diez durante una inspiración, si no lo consigues simplemente dilo para ti.
En la siguiente
inspiración haz lo mismo con el número nueve, expira suavemente, muy despacio.
Ahora inspira con el número ocho, expira suavemente. Ahora inspira con el
número siete, expira suavemente. Ahora inspira con el número seis, expira
suavemente.
Ahora inspira con
el número cinco, expira suavemente.
Ahora inspira con
el número cuatro, expira suavemente.
Ahora inspira con
el número tres, expira suavemente.
Ahora inspira con
el número dos, expira suavemente.
Ahora inspira con
el número uno, expira suavemente.
Llegado ese momento
trata de imaginar tu cabeza, el pelo, la frente, las mejillas, las mandíbulas,
deja caer la mandíbula inferior ligeramente. Deja que los párpados estén
cerrados suavemente, sin apretarlos.
Una sensación de
ligero calor recorre tu cabeza y llega hasta el cuello; el cuello se relaja y
la cabeza cae si no lo había hecho ya.
El calor llega
hasta los hombros que también se relajan y caen.
Piensa ahora en tu
brazo izquierdo, siente ese calor relajante que se extiende desde el hombro
hasta el codo, y de allí hasta el dedo corazón. Toda la mano está caliente
ahora, y relajada.
Piensa ahora en tu
brazo derecho, sienta ese calor relajante que se extiende desde el hombro hasta
el codo, y de allí hasta el dedo corazón. Toda la mano está caliente ahora, y
relajada.
La parte superior de la espalda toma temperatura suavemente, dejando caer la parte superior del tronco. El pecho también se relaja, la musculatura del pecho y de la espalda se han relajado.
Dentro de ti los pulmones se llenan de aire caliente rítmica y suavemente.
Siente elevarse la
temperatura del abdomen, llega hasta la parte baja de la espalda. Toda la parte
inferior del tronco se relaja.
Es el turno de las
piernas. La pierna derecha se relaja desde el glúteo hasta la corva. Todo el
muslo se relaja gracias a la temperatura que siente. La pantorrilla también se
relaja con el calor. El pie derecho aumenta de temperatura y se relaja.
Ahora es el turno
de la pierna izquierda que se relaja desde el glúteo hasta la corva. Todo el
muslo se relaja gracias a la temperatura que siente. La pantorrilla también se
relaja con el calor. El pie izquierdo aumenta de temperatura y se relaja.
Todo el cuerpo está
pesado, relajado. La respiración es suave y caliente.
Imagínate delante de una escalera que baja, observa los peldaños, la barandilla, tiene quince escalones. Baja los escalones de uno en uno, contando hacia atrás lentamente según desciendes:
Quince, catorce,
trece, doce, once, diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos,
uno
Estas delante de una puerta que está cerrada. Obsérvala atentamente, mira su forma, su color.
Ábrela.
Al otro lado está
ese lugar especial en el que te gusta estar, ese lugar en el que sientes la más
absoluta seguridad.
Comienza un paseo,
camina despacio reconociendo los olores, los sonidos…
Hay un sillón, te
sientas y ves unos botones en los brazos del sillón. Indican tres, cinco, diez
años.
¿A qué distancia
del futuro quieres ir?
Pulsa el botón.
Ahora estás viendo
a tu yo futuro. Has conseguido tu sueño. Habla con tu yo futuro y pregúntale
¿cómo has llegado hasta aquí? ¿Qué es lo último que has hecho? ¿Qué nuevas
habilidades tienes? ¿Qué has aprendido nuevo? ¿Cuánto te ha costado llegar
hasta aquí y a qué has tenido que renunciar?
La máquina del
tiempo comienza a retroceder desde el futuro hacia el presente. Puedes pararla
cuando quieras para preguntar a cada yo futuro, en cada momento… tómate tu
tiempo.
Cuando tú lo decidas
estarás de nuevo en tu lugar ideal de seguridad. Será el momento de salir.
Ve hacia la puerta,
sigue abierta, traspásala y comienza a subir la escalera. Con cada escalón
estarás más cerca de despertar. Sube despacio, uno, dos, tres.
Piensa: cuando
llegue arriba estaré despierto y descansado; seré capaz de afrontar el día sin
alterarme, seré capaz de afrontar cualquier situación y recordaré todo lo que
voy a hacer para alcanzar mi sueño, escribiré el primer paso que ya estoy
dando.
Continúa subiendo,
cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez,
Piensa: cuando
llegue arriba estaré despierto y descansado; seré capaz de afrontar el día sin
alterarme, seré capaz de afrontar cualquier situación y recordaré todo lo que
voy a hacer para alcanzar mi sueño, escribiré el primer paso que ya estoy
dando.
Continúa subiendo,
once, doce, trece, catorce, quince”
Si
has decidido hacer este ejercicio con guía, antes de comenzar convén un
gesto para indicarle cuando has decidido salir de tu lugar ideal de seguridad.
El
ejercicio proporciona mucha información sobre qué quieres, dónde quieres estar,
cuáles son tus confianzas, cuáles son tus carencias conocidas, y cuáles son tus
miedos.
Está
escrito sin información de género, de manera que puedes utilizarlo cualquiera
que sea el tuyo. Y por supuesto que puedes adaptarlo a tus necesidades.
Si
tienes cualquier duda, no dudes en emplear los comentarios de esta entrada, o
en mandarme un correo a gabinete.sumar@gmail.com.
Y
si te gustó, compártelo.
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