Este fin de semana he estado viendo una serie de
programas de televisión en la que cambiaban la forma de vestir de algunas
mujeres (no vi ningún hombre entre los protagonistas del programa).
Todas las "intervenidas" aparentaban una gran
confianza en sí mismas, a pesar de ser su indumentaria rayana en lo grotesco en
ocasiones.
Sin embargo esa elevada autoestima desaparecía cuando se
veían en el espejo de los ojos de los demás. En todas las ocasiones esa
indumentaria y esa seguridad escondían miedos, traumas, venganzas o
contestaciones a su entorno
La seguridad en uno mismo no es un enfrentamiento a los
demás. Tener una elevada autoestima no significa que tengamos que desafiar a
todos cuantos nos rodean como diciendo “Veis, no me importa lo que penséis de
mi”.
Cuando veo a una persona cuyo aspecto y actitud es muy
desafiante de forma continua, pienso que esconde algo, normalmente un miedo a
mostrarse sin disfraz.
Me vino entonces a la cabeza el comienzo del libro “Soy más
lista que el hambre”, (ISBN 978-84-15115-70-0), escrito por Eva Campos Navarro.
Dice Eva que durante un tiempo tuvo un peso demasiado elevado, pero que
aparentemente era feliz con su aspecto, hasta que se dio cuenta de lo falso de
su pretendida felicidad. Es un libro muy recomendable, en especial para
aquellas personas (el libro parece que sólo está dirigido a mujeres, pero vale
para todos) que han hecho mil dietas y siempre recuperan el peso o simplemente
no les funcionan. Eva no da dietas, te ayuda a buscar las causas por las que
comes de más. Te recuerda que debes respetarte, y eso significa, entre otras,
dejar de hacer cosas simplemente por lo que otros puedan pensar.
Sentirse bien con uno mismo no es mostrar a los demás lo
bien que nos sentimos, lo contentos que estamos y lo poco que nos importan sus
opiniones. La autoestima implica sentirse de verdad bien con uno mismo,
quererse, y ser capaz de aceptar de verdad los defectos y de valorar las
virtudes. Una autoestima alta significa saberse importante sin que el aspecto
externo sea determinante, y poder llevar una ropa u otra en función de las
necesidades de trabajo, por ejemplo.
Los jóvenes suelen llevar como bandera su aspecto
exterior, pero eso no significa que su autoestima sea alta, sino más bien, como
ya he dicho, se trata de una forma de esconderse, o de demostrarles a los amigos que ellos son
más importantes que la familia, asumiendo el uniforme del grupo o
"tribu" a la que pertenecen.
La autoestima, es entonces la forma en que nos vemos a
nosotros mismos, el valor que nos damos.
La autoconfianza es parecida, pero desde mi punto de
vista no es exactamente igual. Es la seguridad que tenemos en alcanzar nuestras
metas, en lo que podemos hacer, en lo que sabemos. En definitiva en aspectos
relacionados con conocimientos o habilidades, en capacidades.
Ambas van de la mano. Pero se diferencian en el lugar en
el que actúan.
La autoestima lo hace sobre la valoración que nos
hacernos a nosotros mismos.
La autoconfianza sobre nuestras creencias en lo que
podemos hacer.
Las dos deben ser fuertes. La primera sin resquicios,
porque como he dicho muchas veces, cada uno es la persona más importante para sí,
la única con la que vamos a convivir toda la vida con seguridad.
La autoconfianza debe ser también fuerte, pero realista,
y en constante crecimiento. Debemos saber que somos capaces de hacer y hasta
donde podemos llegar, pero también debemos tener la seguridad de que podemos
crecer y aprender y así llegar más lejos continuamente, la seguridad de que
nuestra capacidad de aprendizaje y mejora es continua, real, y que forma parte
de nosotros como seres humanos.
Ambas pueden mejorarse. Las personas con autoestima baja
pueden mejorar su visión de sí mismas, pueden aprender a quererse a pesar de
tener errores, o de no ser perfectos. De hecho, todos cometemos errores, todos tenemos
imperfecciones. Lo importante es quererse con los errores. Lo importante es
saber que podemos corregir esposa errores y aparte prender de ella.
Puedes tener poca confianza en hacer algunas tareas bien,
desconfiar de tus capacidades en alguna tarea concreta. A pesar de eso no hay
que perder la autoestima. El exceso de confianza tampoco es lo mejor, de hecho
en ocasiones el exceso de confianza acarrea problemas o accidentes.
Confía en tu capacidad de mejorar, en tu capacidad de
aprender y cada vez serás capaz de hacer mejor cualquier actividad. Y nunca
dejes de quererte. No necesitas demostrar a nadie lo bueno que eres, o lo poco que
te importan las opiniones de tu entorno.
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