He leído una frase en Internet:
“Volver a empezar no es fracasar,
volver a empezar es concederse una
nueva oportunidad,
retomar los sueños,
luchar por lo que se quiere, ser
fiel a uno mismo y buscar la felicidad.
No temas volver a empezar, cada día
es una nueva oportunidad.”
Maktub
Tengo el libro Maktub de Paulo Coelho en alguna caja en casa, escondido
para protegerlo de una obra, así que no estoy seguro de que la cita pertenezca
al libro o haya sido escrita por Paulo Coelho.
En cualquier caso me sirve para ilustrar lo que quiero contar hoy.
Hoy quiero hablar del tiempo. De las veces que pensamos que ya no tenemos
tiempo para hacer algo. Ni tiempo, ni edad…
“Es tarde, ya no puedo, si lo
hubiera hecho antes, si no fuera tan mayor, tendría que haber empezado antes…”
Son declaraciones de quién no se atreve a hacer algo, de quién busca
excusas para no atreverse.
Es cierto que la edad y el estado físico pueden limitar conseguir unas
pocas metas. Puede que no consiga ser astronauta, o correr una maratón en menos
de dos horas. Puede.
Pero tampoco es seguro que quiera hacerlo.
No es tarde para abordar la mayoría de las metas, desde luego todas
aquellas que realmente queremos. Siempre podemos empezar de nuevo y aprender.
Siempre podemos crecer como personas. Siempre hay algo nuevo que descubrir.
Y de los errores podemos aprender a repetirlos, a no hacer de nuevo lo
mismo, pero sobre todo, a no dejar de hacer de nuevo lo que queremos hacer.
Aprender un idioma, aprender a pintar, hacer deporte, viajar, conocer lugares nuevos, conocer personas nuevas,
aprender a cocina, aprender a leer más rápido y con mayor comprensión de lo leído…
La pregunta es ¿qué estás dejando de hacer poniendo como excusa que ya no puede, porque no tienes tiempo?
Y una segunda pregunta es ¿cuál es la verdadera razón de no hacer lo que dices que te gustaría hacer?
Seguid buscando metas, porque nunca es tarde y siempre queda toda la vida
por delante. Cada día es importante porque es el día en el que vives.
Perseguir los sueños, los nuevos, dejar escapar los viejos, aquellos que ya
no nos gustan, porque tenemos derecho a cambiar de opinión sin remordimientos.
Aprender a mirar por encima de la valla de miedos que hemos dejado que
crezca alrededor, y mirar hacia el horizonte lejano de todo lo que aún nos
queda por conseguir, por desear.
Si miras hacia el este verás salir el sol. Es hermoso, pero tal vez te
deslumbre.
Si miras hacia el oeste veras la oscuridad desaparecer, y como la luz va
haciendo aparecer colores donde antes habitaba el gris.
Mi camino me lleva hacia el futuro, ¿y el tuyo?
Me voy de vacaciones hasta septiembre. Sinceramente, espero que me echéis
de menos.